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La mayoría de las personas que padecen halitosis se preocupan más por las implicaciones sociales que conlleva tener un mal aliento que por su estado real de salud. Muchos viven aislados desde un punto de vista social. Es la patología con mayor impacto en la calidad de vida porque no sólo es el componente biológico, sino el problema psicológico y social, se sienten frustrados.

El mal olor bucal es un indicativo de que algo no está bien. Desde la Clínica dental Mar Tarazona queremos que conozcas  la causa para después aplicar el tratamiento adecuado.

 

En primer lugar, se realizan una serie de exámenes para identificar el origen. Después se inicia una fase de control una vez la halitosis ha remitido. Es importante enseñar al paciente a tomar medidas preventivas y asegurar el mantenimiento de los resultados obtenidos.  La halitosis presenta una prevalencia elevada en la población y puede afectar a cualquier sexo, edad, raza y condición socioeconómica.

Existen varios métodos para confirmar la presencia de halitosis.  El diagnóstico más certero utiliza una combinación de dos o más de estos métodos:

-Autopercepción: La persona tiene una percepción negativa en relación al olor del propio aire espirado. Es un método poco fiable pues las personas que sufren de mal aliento en muchos casos no lo saben y otras piensan que padecen halitosis aunque no sea verdad y se sienten inseguros y continúan evitando el contacto social.

– Pruebas organolépticas olfativas:

Medición del olor bucal de una persona usando el olfato de evaluadores/jueces humanos. Este método no es totalmente fiable.

– Medición de los gases del aliento:

Los compuestos sulfurados volátiles son los predominantes en los casos de halitosis y su medición puede ser realizada con recurso a aparatos portátiles específicos.  Si la halitosis está asociada a otros tipos de compuestos que no sean los CSVs este tipo de aparatos nos darán errores.

También hay otros aparatos de cromatografía gaseosa que permiten identificar y medir se forma objetiva todos los compuestos presentes en el aire espirado, siendo considerado la forma de medición más fiable.

– Pruebas de laboratorio:

Existen diversas técnicas específicas que demuestran la presencia de compuestos del aliento de forma indirecta,  como las pruebas BANA, sensores químicos,  prueba de la P-galactosidasa, prueba de la incubación salival, monitorización del amonio,  método de ninhidrina, Polimerase Chain Reaction (PCR)…

Causas de la halitosis:

En el 60% de los pacientes la halitosis es de origen oral. En los últimos años la proporción de halitosis con este origen ha disminuido ya que hay una mayor sensibilización  por parte de la población en los cuidados de higiene oral.

Las causas extraorales (aparato respiratorio,  tubo digestivo,  sistémico) son responsables del 17% de los casos, siendo el diagnóstico más complejo y requieren una tecnología más avanzada.  El restante 23% son halitosis no verdaderas. Los pacientes sufren de autopercepción de halitosis cuando en verdad no existen COVs o CSVs (gases) por encima de lo normal.

Causas en la boca:

Las causas orales están casi todas relacionadas con la acción de bacterias sobre substratos de materia orgánica que causan un mal olor. Uno de los factores contribuyentes es la presencia de sangre ya que proporcionan productos de descomposición, como los péptidos, que contienen azufre y aminoácidos, posibles fuentes de compuestos Sulfurados Volátiles (SVs).

La mala higiene oral es una de las primeras causas. Estudios más recientes han demostrado que la utilización de hilo dentario, cepillos interdentales y la limpieza regular de la lengua son más influyentes en el control de la halitosis que el uso regular de enjuagues orales o la frecuencia de cepillado de los dientes.
La presencia de la lengua saburrosa es una de las causas más comunes pues el dorso de la lengua constituye el mayor nicho de materia orgánica y bacterias (saburra) en la cavidad oral.

La halitosis esta también asociada con los problemas periodontales, cualquier patología relacionada con los tejidos de soporte de los dientes como las encías, el ligamento periodontal y el hueso alveolar.

La secreción salival posee una función importante. Ciertas situaciones como ayunos prolongados, ritmo circadiano del sueño, algunos medicamentos, hablar continuamente y el ejercicio físico disminuyen el flujo salival y con ello el potencial de autolimpieza favoreciendo la acumulación de bacterias y materia orgánica en la boca. Un PH más alcalino, menor concentración de oxígeno, y un aumento de células epiteliales y restos celulares en la composición salival influyen en la producción de compuestos sulfurados volátiles (CSVs).

Otros problemas como la pericoronaritis, alveolitis, abscesos y otras colecciones de pus, aftas y otras úlceras orales, retenciones alimentarias interdentales, exposición pulpar con necrosis, restauraciones desbordantes, estomatitis, heridas quirúrgicas, candidiasis, caries extensas, piercings linguales, quistes dentígenos, parasitosis, miasis, escorbuto, histiocitosis, leucemia y las neoplasias puede ser causa de halitosis. Las prótesis removibles demasiado porosas, especialmente las más antiguas y si además se usan por las noches pueden ser el origen de la halitosis.

Causas en el aparato respiratorio:

En el aparato respiratorio superior (encima del nivel de la laringe), existen algunas patologías como la rinosinusitis y la amigdalitis crónica que pueden ocasionar halitosis.

En la sinusitis crónica, las principales molestias que padecen los pacientes son la rinorrea posterior, tos, presencia de moco en la garganta, lengua saburrosa y halitosis.

Los respiradores orales poseen una mayor predisposición para padecer halitosis.

También hay que tener muy en cuenta a las amígdalas. Los cálculos amigdalinos son una causa de halitosis muy frecuente. La flora de las amigdalas, incluso en pacientes sin historia previa de amigdalitis, presenta bacterias capaces de producir mal olor.

Otras patologías del aparato respiratorio superior como la presencia de cuerpo extraño, la rinitis atrófica, un absceso nasofaríngeo y/o retrofaríngeo y los carcinomas de laringe pueden relacionarse con el mal aliento.

Las causas de halitosis procedentes del aparato respiratorio inferior son más raras, pudiendo ser bronquitis, bronquiectasias, neumonías, abcesos pulmonares y carcinomas de pulmón.

Causas en el tubo digestivo:

Aunque existe la creencia generalizada de que el estómago era una de las principales causas del mal olor, se ha verificado que las halitosis relacionadas con el tubo digestivo son poco frecuentes.

Sin embargo la infección por la bacteria Helicobacter pylori puede provocar halitosis pues algunas cepas poseen la capacidad de producir CSVs.

Con menor frecuencia existen casos de halitosis asociada a la gastritis, úlceras gastroduodenales, reflujo gastroesofágico, divertículo de Zenker, enfermedad inflamatoria intestinal, cuerpo extraño en la faringe, hernia de hiato, eructaciones, vómitos y neoplasias.

La mayoría  de los pacientes con síntomas gastrointestinales (mal gusto, sensaciones de ardor… ) creen que padecen de mal aliento aunque nadie alrededor lo siente (pseudohalitosis).

Causas neuropsicológicas:

Ciertos estados psicológicos relacionados con el estrés o con la ansiedad pueden generar halitosis verdadera. Las glándulas salivares estimuladas por fibras nerviosas ligadas al Sistema Nervioso Autónomo disminuyen la secreción salival y la estancación de la saliva residual en la boca provoca un aumento de la producción de COVs y CSVs.

Otras condiciones de carácter psicológico o psiquiátrico pueden influenciar en la autopercepción de una persona y/o incluso la idea que esta tiene sobre la percepción de otros en relación a su aliento (pseudohalitosis). La inseguridad de ciertas personas lleva muchas veces a que uno sobrevalore/interprete erradamente actitudes y comportamientos habituales de terceros.

Las disgeusias (alteraciones del sentido del gusto), también llevan a los pacientes a creer que padecen de halitosis. Últimamente la halitofobia se ha convertido en una condición psiquiátrica reconocida. Los halitofóbicos piensan que sufren de halitosis muy intensa aunque muchos de ellos ni siquiera poseen la autopercepción de mal olor e incluso aunque los íntimos insistan en que no la padecen. Rehusan ver a un especialista psicológico ya que no reconocen su propia condición psicosomática.

El síndrome de referencia olfativa se caracteriza por la creencia obstinada de poseer un olor corporal muy desagradable, sienten una vergüenza y angustia considerables, llevándoles al aislamiento social.

La persona hipocondriaca puede llegar a tener una autopercepción errada del aliento.

Causas sistématicas, nutrición y hábitos:

Estas halitosis también se pueden denominar sanguíneas ya que los compuestos de mal olor originados en diversos órganos, son transportados por la corriente sanguínea hasta los pulmones, donde se volatilizan originando la halitosis.

Hay ciertos alimentos que se consumen que pueden ser los culpables del mal aliento, tales como el ajo, cebolla, bebidas alcohólicas, quesos, alimentos grasos, aceitunas, huevos, condimentos, mayonesa, aceite, chocolate, leche, mantequilla, natas, salami, jamón, col lombarda, coliflor, brócolis, sardina y alcachofa.

En un principio se observa que nada más comer, los COVs y CSVs se originan en su mayoría en la boca, cerca de una hora después los compuestos gaseosos predominante son los que se producen en  intestino-sangre-pulmón. Algunos alimentos picantes pueden producir halitosis hasta 72 horas después de la ingesta. Además del eje sangre-pulmón ciertas halitosis son provocadas por el eje sangre-saliva.

El hábito del tabaco nos provoca un aliento de olor característico de corta duración. El problema es que es un factor de riesgo de otras alteraciones que pueden causar halitosis, como la enfermedad periodontal, xerostomía, disgeusias, cáncer de pulmón y otras.

Las enfermedades hepáticas, como la cirrosis, frecuentemente causan un olor característico. Los pacientes con enfermedad renal crónica y los trasplantados renales habitualmente poseen un aliente urémico.

Existe una asociación entre la halitosis y la enfermedad inflamatoria intestinal y la diabetes mellitus causa el aliento de acetona característico.

La trimetilaminuria, enfermedad metabólica en la que los compuestos de mal olor (TMA) que circulan en la sangre pueden ser excretados en la saliva, orina, sudor y aire espirado.

La hipoglucemia (debida a ayunos prolongados, dietas pobres en hidratos de carbono y ejercicio físico muy intenso), los estados febriles y la deshidratación pueden también causar halitosis. Es frecuente despertarse con mal aliento después de un largo periodo de ayuno, además de que por la noche el flujo salival disminuye y aumentan los depósitos de saburra en el dorso de la lengua.

La intolerancia a la lactosa es otra causa de halitosis y algunas mujeres, durante la menstruación, exhalan niveles de CSVs por encima de lo normal.

La toma de medicamentos constituidos por compuestos de azufre como el dimetilsulfóxido (DMSO), disulfiram, nitrito de amilo, dinitrato de isosorbida y algunos medicamentos citotóxicos puede influenciar en el aliento. Otros fármacos pueden disminuir el flujo salival como las anfetaminas, omeprazol, anticolinérgicos, ondansetron, antihistamínicos, inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, tiabendazol, antineoplásicos, didanosina, antidepresivos tricíclicos y levodopa por lo que indirectamente pueden provocar halitosis. También hay otros medicamentos que pueden provocar hiperplasia gingival (fenitoína, ciclosporina, nifedipina…), la lengua pilosa, el reflujo gastroesofágico, etc…

Algunas cremas y lociones aplicadas sobre la piel pueden causar alteraciones en el aliento.

Tratamiento de la halitosis:

Ya que con mayor frecuencia las causas de la halitosis son de origen oral, lo que primero debe ser evaluado y tratado es la boca.

1. Tratamiento oral:

  • Higiene oral: lo correcto es cepillarse los dientes después de cada comida principal, con efecto barrido desde la encía hacia el diente. Hay que usar el hilo dental o el cepillo interdental para limpiar los espacios interproximales entre los dientes. No hay que descuidar la limpieza de la lengua ya que este órgano es la mayor fuente de halitosis.

Si se utilizan prótesis removibles, es recomendable mantenerlas limpias y no usarlas mientras se duerme.

La mayoría de las cremas dentales y enjuagues enmascaran el mal aliento temporalmente y no solucionan el problema.

  • Tratamiento odontológico: es fundamental mantener una buena salud oral y visitar con regularidad al odontólogo.

2. Tratamiento médico:

Si el odontólogo determina que tiene la boca saludable y no se mejora con una buena higiene oral, habría que consultar con el médico para encontrar la causa del mal aliento.

Hay pacientes que consumen medicamentos que producen xerostomía, lo ideal para contrarrestar este efecto es ingerir abundante líquido y estimular la producción de saliva. Estos estimulantes salivales conocidos como sialogogos tienen efectos adversos que siempre debemos valorar antes de utilizarlos. El mal aliento puede ser síntoma de ciertos problemas médicos, muchos de ellos son enfermedades de difícil tratamiento y se prolongan en el tiempo. La halitosis puede llegar a ser permanente o crónica por lo que sólo podremos utilizar remedios paliativos.

3. Hábitos alimenticos:

Lo ideal es tener una dieta rica en fibra, que incluya granos enteros, junto con frutas y hortalizas frescas que son ricas en antioxidantes.

Tomar yogur que está libre de azúcar y tiene un cultivo vivo nos ayuda a mantener lejos las bacterias que son responsables de causar mal aliento.

Debemos evaluar cómo nos afectan los alimentos órgano-sulfurados como el ajo, la cebolla… Ya que son buenos para la salud y descartarlos de la dieta no es beneficioso. Una rodaja de limón con sal puede ayudarnos si los comemos.

Beber té negro ayuda a mantener las bacterias lejos debido a uno de sus componentes naturales: los polifenoles. Otros tés que sirven para prevenir el mal aliento son el té verde, té de menta y el té con clavos de olor.

Consumir extracto de corteza de magnolia, se utiliza mucho en la medicina tradicional china como un poderoso antibacteriano. Se puede consumir en polvo y también en pastillas o goma de mascar.

Usar goma de mascar de canela ya que tiene un aceite esencial vegetal (aldehído cinámico) que además de dejar aroma fresco en la boca ayuda a reducir el número de bacterias en la saliva hasta en un 50%. El chicle natural que tiene aceites de hierbabuena o menta es bueno contra el mal aliento. También puedes masticar salvia.

Beber mucha agua (por lo menos 8 vasos) durante todo el día.

La albahaca, el romero, el perejil y el tomillo pueden ayudar a deshacerse del mal aliento. También puedes utilizar comprimidos de alfalfa.

El hinojo se puede utilizar para colocar en las encías y la lengua para deshacerse del mal aliento.

Hacer gárgaras con una cucharadita de miel y canela en polvo combinadas con agua caliente. Se debe hacer por la mañana y te mantiene el aliento fresco durante todo el día.

El aceite de árbol de té tiene elementos que pueden desinfectar la boca y deshacerse de las bacterias. Se puede encontrar en pasta de dientes.

Los remedios herbarios funcionan no sólo para su mal aliento, sino también para su salud. No encubren la cuestión del mal aliento sino que trabajan para eliminar el problema.

Cuando se padece halitosis crónica, el uso de la semilla de linaza nos puede resultar útil debido a sus ácidos grasos Omega-3 que pueden combatir las bacterias que causan mal aliento.

También puedes ayudarte de jugos naturales para intentar hacer desaparecer la halitosis.

-Jugo con 250gr. de zanahoria, 125gr de espinacas, 125 gr de pepino y ½ vaso de agua. Beber 1/2  vaso después de las comidas.

-Jugo con ½ remolacha, 1 pepino y 1 vaso de agua. Tomar un vaso a la semana. Potente limpiador hepático.

-Jugo con ½ zanahoria, 1 manojo pequeño de col rizada y 2 ramas de apio. Tomarlo 2 veces por semana. Elimina las toxinas del hígado y tiene un alto contenido de clorofila, las vitaminas A, C y E.

-Jugo con ½ manzana, 1 naranja y 1 manojo de espinacas. Tomar este jugo tres veces a la semana.

  • Vitaminas:

Si tienes déficit de zinc puedes llegar a padecer de mal aliento. Deberías tomar suplementos de este mineral hasta alcanzar los niveles correctos.

La falta de Vitamina B también puede ser la causa, siendo entonces necesario tomar suplementos de vitaminas del complejo B.

Aumentar el consumo de Vitamina C reforzará las defensas del cuerpo, mejorando la salud de la boca.

  • Bebidas alcohólicas:

El olor proveniente de los pulmones, no es de origen bucal, es el resultado del proceso metabólico del alcohol. Su intensidad depende de la cantidad de licor ingerido asi como del metabolismo de cada persona.

  • Tabaco:

El aliento del fumador siempre es de un olor característico aunque dependerá de la cantidad, del tipo de tabaco, de la higiene de la boca y de lo que le afecte a cada persona.

Siempre puedes usar remedios para enmascarar el olor.

  • Consumo de café:

Normalmente se ha relacionado el café con el mal aliento pero hay un estudio que demuestra que el consumo de café reduce la concentración de compuestos sulfúricos volátiles en la saliva. Ello indicaría que el café no produce mal aliento de manera directa pero si que puede influir negativamente en nuestro sistema digestivo.

Cada café que tomamos supone una sobrecarga para el hígado. Si hacemos trabajar en exceso al hígado nuestras digestiones se verán influenciadas y se puede agudizar el mal olor.

Lo más sano para nuestro cuerpo es tomar el menos café posible.

Por último hay que llevar a cabo cambios en los hábitos que favorezcan la oxigenación de la boca. Estos cambios mejorarán la salud oral y la calidad del aliento exhalado. Ingerir buena cantidad de agua y jugos naturales diariamente. Consumir frutas en los intervalos de las comidas principales. Evitar el consumo excesivo de carne roja y productos lácteos.

Debemos entender la halitosis como una situación propia de la naturaleza humana. En cuanto detectemos la aparición hay que tratarla y no permitir que te cambie tu forma de vivir.

 

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