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Tal y como os introducíamos en el post anterior, desde la Clínica Dental Mar Tarazona queremos daros información sobre como cuidar los dientes de leche de nuestros hijos y de este modo darles la importancia que se merecen.

En esta segunda parte del post os contamos como a parte de la higiene oral, hay que tener otros factores en cuenta para evitar las caries en los dientes de leche.

 

A partir de la aparición del primer diente de leche se desaconseja la alimentación nocturna, en caso de continuar haciéndola se debe procurar limpiar los dientes después de la toma nocturna. Hay que llevar una alimentación correcta, no ofrecer al niño azucares refinados como golosinas, galletas, zumos industriales, bollería, chocolates, helados, etc., antes de los dos años de edad. Evitar alimentos con sacarosa entre comidas, se aumenta la posibilidad de desarrollar caries precoz. Si los tomas realizar la higiene bucal inmediatamente después.

Hay niños que toman medicación prolongada convirtiéndose en pacientes de alto riesgo de caries y deben ser revisados con más frecuencia. Ello es debido a que muchos medicamentos pediátricos tienen un alto contenido en azúcares. También hay que controlar más a menudo a los niños que presentan defectos en el esmalte de sus dientes de leche (hipoplasia) ocasionadas por alguna alteración durante su formación, siendo estas superficies más susceptibles a caries. Los bebes prematuros o con bajo peso al nacer tienen más probabilidades de presentar estas hipoplasias del esmalte.

Los niños con problemas de desarrollo (autismo, parálisis cerebral, síndrome de Down o retraso mental), los niños con trastornos de hiperactividad y los niños asmáticos tienen una alta incidencia de caries y enfermedad de las encías por lo que son un grupo de riesgo con grandes necesidades de cuidados bucales preventivos desde edades tempranas.

La caries en los dientes de leche avanza rápidamente ya que el esmalte de estos es más delgado y el nervio está más próximo a la superficie que en los dientes definitivos. La primera fase es la aparición de “manchas blancas” en el esmalte, esta descalcificación puede progresar con rapidez hacia una cavidad ocasionando dolor, dificultad para comer, infecciones bucales, pérdidas de días de escuela, diminución de su desarrollo físico, coste elevado de tratamiento, etc.

Pero el factor más importante es la estrecha relación entre las caries en los dientes de leche y los permanentes.

Un niño con caries en sus dientes de leche será probablemente un niño con caries en sus dientes definitivos y un adulto con múltiples tratamientos dentales, con las consecuencias que ello conlleva para la salud en general.

Los dientes de leche erupcionan en boca a partir de los 5-6 meses hasta los 2-3 años, momento en el que los 20 dientes de leche deben estar en boca. Es normal que los días previos a la erupción de los dientes de leche, el niño este más irritable, tenga las encías inflamadas, se lleve todo a la boca, babee en exceso o tenga diarreas. Podemos ayudarlo realizando un masaje en sus encías con el dedo limpio, con un dedal de silicona o intentar que muerda cosas frías.

Los hábitos como el chupete y el dedo son considerados normales hasta los 18-24 meses de edad ya que le aporta al bebé una satisfacción afectiva y de seguridad. Los hábitos de succión prolongada pueden producir maloclusiones especialmente mordida abierta anterior y las mordidas cruzadas posteriores, las cuales pueden persistir hasta su dentición permanente. Los efectos de este hábito prolongado dependerá de la duración del hábito, la frecuencia e intensidad del mismo, musculatura facial, predisposición genética del bebe, etc.

Los chupetes recomendados son los ortodónticos y el material ideal la silicona, retiene menos bacterias que los de látex. Deben ser limpiados a diario, no colgar el chupete de la ropa del bebe (para que no lo tenga a su disposición en todo momento) y no hay que mojarlo en ningún líquido azucarado.

El hábito de succión de dedo es más difícil de abandonar que el chupete.

Los traumatismos dentales son frecuentes ya que cuando el bebé está aprendiendo a caminar se cae a menudo, luego los niños aprendiendo a montar en bicicleta o jugando con los patines y más adelante con las actividades deportivas. Todo traumatismo que suceda en la cara debe ser evaluado clínica y radiológicamente por un odontólogo para descartar lesiones mayores en los tejidos blandos y duros de la boca. Después del accidente hay que acudir lo más rápido posible a la consulta dental. Cuando se cae un diente por un golpe o hay un fragmento partido el medio de trasporte de preferencia es la leche. Si no tenemos, se puede colocar en suero o dentro de la misma boca.

Los dientes de leche avulsionados (que han salido por completo de la boca con raíz) no se reimplantan por el peligro de dañar al diente permanente, en cambio los dientes definitivos avulsionados deben ser reimplantados lo antes posible ya que el pronóstico será mejor. Las fracturas en los dientes pueden causar la muerte del nervio tanto en los de leche como en los definitivos, pudiendo haber un cambio de color a gris o marrón que es un signo de necrosis pulpar y debe ser evaluado por un profesional.

Los traumatismos junto con las caries son la principal causa del cambio de color dental. Las hipoplasias o defectos del esmalte son manchas que oscilan de un blanco tiza hasta un amarillo-marrón, siendo dientes susceptibles a caries. La fluorosis dental es un defecto del esmalte secundario a un exceso de fluor sistémico (ingerido) durante la formación del esmalte de los dientes permanentes que suele durar desde el nacimiento hasta los 7 años de edad. Son manchas que varían de motitas blancas, líneas blancas finas hasta manchas amarillo-marrones.

Tanto los medicamentos que contienen hierro como algunas bacterias cromógenas pueden originar tinciones negras en casi todos los dientes y muelas, en el contorno que bordea la encía. Conforme el niño crece, cada vez se forman menos hasta que desaparecen sobre los 9 años de edad.

Acuérdate nuestra futura salud dental de adulto y todo lo que ello conlleva depende de nuestros dientes de leche ¡Cuídalos!.